sábado, 29 de diciembre de 2012

Ruth Robertson: la mujer que trazó la ruta hacia el Salto Ángel

Mundos para explorar
 
National Geographic Magazine
 
Su famoso libro
 
En New York
 
Ruth Robertson y sus equipo de fotos
 
Jimi Angel y Ruth Robertson
 
Maquillage indigena
 
Visita a los Campos petroleros
 
La Gran Sabana en avión
 
El Kayac
 
Navegando en curiara
 
Ruth Robertson rio Carrao y al fondo Salto Angel
 
Salto Angel
 
Indigena con un gran pez

Fuente: http://es.paperblog.com/ruth-robertson-la-mujer-que-trazo-la-ruta-hacia-el-salto-angel-804991/     19 de diciembre de 2011
En el libro “Mundos para explorar. Historias clásicas de viajes y aventuras de National Geographic”, hay una crónica que logra emocionarme. Nunca había escuchado el nombre de Ruth Robertson hasta que me tropecé con el libro, otra vez, este fin de semana. Me hubiera gustado conocer esta historia antes.
En el año 1949, la periodista Ruth Robertson fue enviada a Venezuela a investigar si era cierto lo que un tal Jimmy Angel contaba sobre una cascada muy alta en medio de la selva venezolana. Ella dejó su trabajo y se embarcó en esta aventura con Alejandro Laime y varias personas más que los acompañaron durante la travesía. Vio el Salto Ángel, por primera vez, desde una avioneta, pero la intención era conseguir la ruta por tierra que los llevara lo más cerca que se pudiera. Fueron días acampando en la selva, trazando un camino casi a ciegas, guiados por el instinto de Laime y el sonido propio del lugar.
Ruth Robertson fue la primera persona en liderar una excursión hacia la base del Salto Ángel. Fue ella la que cubrió la ruta por el río Carrao, empalmó con el Churún y siguió río arriba para caminar después por muchos días buscando acercarse a la cascada. Fue ella y el equipo que la acompañaba, quien constató que medía 979 metros de altura y que sí, que era la más alta del mundo. El camino trazado por Robertson en 1949, es el que hoy se sigue para llegar hasta esta grandeza de la naturaleza. Lo que a ella le tomó casi 10 días de travesía, hoy se hace en cuatro horas por el río y una hora y media caminando entre la selva, hasta que se llega al Mirador Laime, el sitio donde ellos tuvieron que detenerse porque no se podía ir más allá.
La crónica escrita por Robertson sobre esta aventura está en este libro, y cada palabra es maravillosa. Después de terminar este recorrido y aparecer en cientos de diarios y revistas contando su aventura, se quedó 13 años trabajando freelance en Venezuela. Siempre tuvo muchas historias más para contar.

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