viernes, 3 de julio de 2009

Una mujer de altura

Patricia Tacconi la escaladora del Cho Oyu

Patricia Tacconi

Patricia Tacconi

Integrantes expedición Venezolana al Cho Oyu


Ruta de ascenso al Cho Oyu 8.201 m

Seis cumbres más altas del Mundo
Fuente: Estampas de El Universal, Caracas, 2008 por Idalia De León
Patricia Tacconi puede convertirse en la primera venezolana en escalar una cumbre de más de 8.000 metros si corona la cima del Cho Oyu, la sexta montaña más alta del mundo. En septiembre, junto con un grupo de otros tres expertos montañistas, emprende el reto más importante de su vida.
Desde este ahora y hasta septiembre, en la mente de Patricia Tacconi no hay más que un pensamiento recurrente: coronar la cumbre del Cho Oyu, la sexta montaña más alta del mundo. Su objetivo se encuentra en la Cordillera de Los Himalayas, en la frontera entre Nepal y el Tíbet, y para llegar a él, ella, y sus tres acompañantes: Carlos Godayol, Luis Nevett Gimón y Hugo Andrés Rosenschein, comparten el sueño de ser la primera expedición criolla en llegar a la cima de la llamada “Diosa Turquesa”.
Son 8.201 metros que remontar y desde acá, desde Caracas, la cumbre luce más que inalcanzable. Pero el deseo de llegar a cumplir ese objetivo les pone la meta, a estos cuatro aventureros, en la punta de la nariz. En especial a Patricia Tacconi, quien con regularidad se visualiza colocando la bandera nacional en la cumbre del Cho Oyu.
“La alta montaña es muy dura porque sometes el cuerpo a condiciones para las que no está acostumbrado. Te falta el oxígeno, la temperatura puede ser inferior a los 20 grados sin contar que debes llevar cargas que pesan entre 15 y 20 kilos”, refiere Patricia, quien desde chiquita practicó diversos deportes hasta que el gusanito de la escalada y del montañismo se convirtió en una razón de vida que hoy en día le permite sumar más de 10 cimas superadas tanto en Venezuela como en el exterior.
CB AVANZADO: Inicio de las dificultades del ascenso
CAMPO BASE: Altura cumbre del pico Humbolt en Mérida
CAMPO 1: Abastecimiento de comida y material.
CAMPO 2: Trayecto muy exigente hasta el campo3. Se debe a la combinación de pendientes pronunciadas con altura elevada
CAMPO 3: Disminuye la inclinación de la pendiente. La falta de oxígeno, por el efecto de la altura, dificulta el ascenso hasta la cumbre.
Días de montaña. El primer paso para llevar a cabo la meta de coronar el Cho Oyu fue crear la Fundación Venezuela 8000, con el objetivo de reunir los recursos necesarios para emprender el viaje. Después se decidió que septiembre sería el mes ideal. Lo demás ha sido determinar la mejor ruta a seguir, estudiar las bitácoras de viaje de otros expedicionarios, y continuar un entrenamiento que, en el caso de Patricia, implica subir al Avila diariamente, y asistir al gimnasio para fortalecer piernas y brazos.
La expedición abarca 43 días, y el periplo los llevará a París, como primera parada, luego a la capital de Nepal, Katmandú, para más tarde emprender la escalada que cuenta con cuatro campamentos, sin mencionar el campamento base, el cual marca el punto de partida. En ese lugar (que está a la misma altura del pico Humboldt en Mérida) se organiza el viaje propiamente dicho; es decir, se contempla la logística de la comida y de cómo distribuirán los equipos y demás aperos, entre los montañistas y el personal contratado para ayudar con la carga, los llamados porteadores.
Desde Venezuela se llevan el equipo y la comida deshidratada, la cual, para quien no lo sepa, consiste en un tipo de alimento (carne, huevos revueltos, pasta, pollo, cereal, etcétera) que viene en bolsas plásticas, que se calientan una vez que se van a consumir. “Lo importante es alimentarse bien en el campamento base, aunque una vez que estás arriba se te quita el hambre. En todo caso, el triunfo de una expedición depende, además de que todos los santos te acompañen, de que te aclimates bien, que estés bien alimentado, y lo más importante es la mente, porque si no, la montaña te come”.
Para cumplir la última parte del ascenso (desde el campamento tres hasta la cima) Patricia decidió llevar oxígeno, pues, de esta manera, la posibilidades de lograr la cumbre son mayores. “Decidí que no quiero ser una heroína, sino lograr la meta. Si ya hice el Aconcagua que es de siete mil metros, quiero ahora hacer una montaña de ocho mil metros. Es una meta personal, y sería de mucho orgullo para mí ser la primera mujer en poner la bandera de Venezuela en la cima del Cho Oyu. De manera que le dejo libre el camino a otra mujer que desee ser la primera en lograr esta montaña sin oxígeno. Y ojo, no se trata únicamente de llegar a la cumbre sino transmitir todo el aprendizaje que implica el viaje, transmitir lo bueno, lo malo, los momentos difíciles, la motivación que se tiene”, refiere sonriente esta menuda mujer de 45 años.
El otro factor que Patricia no menciona (pues lo da por descontado) es el miedo. Sin embargo, señala que, si bien la palabra no la registra con frecuencia, siempre está por ahí rondando.
“Siempre hay un poco de miedo, no lo niego, porque forma parte de la condición humana, porque tu vida está en riesgo; pero es un miedo que te ayuda a tener un poco de precaución. No es un miedo que te paraliza, pues es superior el reto de saber hasta dónde puedes llegar. En esta actividad también entra en juego el ego; de ese siempre quiero más. Cho Oyu no es precisamente la montaña más peligrosa, pero el riesgo siempre está latente debido a las avalanchas, que no avisan y pueden dar una sorpresa en medio de la noche”. Y es en esos momentos cuando, probablemente, más se piense en Dios, en quien dice creer: “No soy devota, pero creo que hay un ser supremo. Cuando estuve en el Salto Angel y vi toda esa maravilla, me dije, tiene que haber algo superior a nosotros los humanos”.
Y es cuando también se ponen a prueba las cualidades de los montañistas: “El montañista tiene que tener mucha paz interior, porque se somete a muchas dificultades, y si no está bien mentalmente, puede decaer. Debe ser muy paciente, saber hacer las cosas con calma. Yo he aprendido a tomar las situaciones que se me presentan de otra manera, no me ahogo tan fácilmente en un vaso de agua. El trabajo de montaña te sensibiliza a nivel emocional, valoras más a tus seres queridos, a la naturaleza, a ti mismo. He aprendido a ser más flexible. Esta pasión por la montaña me ha hecho mejor persona, más humana, aprendes de la gente con la que te encuentras, quienes, a pesar de la pobreza en la que viven, no vacilan en ofrecerte una sonrisa. Los porteadores, por ejemplo, van cargados con 30 kilos, no tienen el abrigo ni el calzado adecuado, andan en cholas y, aún así, siempre sonríen”.
¿Alguna otra meta?
“Por ahora me proyecto arriba, me visualizo con mis amigos en la cumbre. Sintiéndome más cerca de Dios. Poder experimentar esa sensación de estar a ocho mil metros y disfrutar de lo que se ve allá arriba. Ver el Everest. Estar encima de las nubes, llevando a cabo una meditación en movimiento, estando en contacto conmigo misma o bien con lo que me rodea. En estos momentos no me planteó otra meta. Ahora quiero hacer Cho Oyu. Cuando regrese ya veré”.
¿Algún amuleto?
“Sí, llevo mis dos peluchitos, Boroboro y Malacara, cuyo nombre lo tomé del personaje canino de la película argentina Historias Mínimas. Siempre viajan conmigo y por nada del mundo los dejaría en Caracas”. l
Todos para uno la travesia al cho oyu la sexta montaña más alta del mundo, la llevarán a cabo los integrantes de la Fundación Venezuela 8000, conformada por Patricia Tacconi y otros tres veteranos expedicionarios criollos. Cada uno ha acumulado un récord de montañas escaladas que les permite asumir el ascenso al Cho Oyu como reto posible. Acá, un breve resumen curricular de cada uno.
1) Patricia Tacconi
Edad: 45 años
Profesión: Licenciada en Física
Experiencia deportiva: Montañista y maratonista
Principales ascensos: Aconcagua (Argentina); Sierra del Cocuy, Cóncavo/ Concavito, y Rita Cúa Blanco (Colombia); Pisco y Chopicalqui (Perú); Chimborazo y Cotopaxi (Ecuador); Pirineos (España); y Kilimanjaro (Africa)
Otras aventuras: Trekking en la Cordillera del Himalaya. También formó parte de la segunda expedición en realizar el descenso del Salto Angel a rappel.
2) Juan Carlos Godayol
Edad: 31 años
Profesión: Arquitecto
Principales ascensos: Hizo cumbre en el Aconcagua (Argentina) y el Mt. Mac Kinley,
la montaña más alta de América del Norte.
Otras aventuras: Formó parte de la segunda expedición en realizar el descenso del Salto Angel a rappel. Amplia experiencia en bicicleta de montaña y registra ascensiones a las principales montañas del país.
3) Luis Nevett Gimón
Edad: 38 años
Profesión: Licenciado en Administración y piloto
Principales ascensos: Participó en ascensiones a las principales montañas de Argentina, Bolivia, Ecuador y Estados Unidos, destacando el Aconcagua en Argentina y el Mt. Mac Kinley, la montaña más alta de América del Norte
Otras aventuras: Formó parte de la segunda expedición en realizar el descenso del Salto Angel a rappel.
4) Hugo Andrés Rosenschein
Edad: 40 años
Profesión: Ingeniero metalúrgico
Principales ascensos: Ha hecho cumbre en el Pico Bolívar, Humboldt (Venezuela); Pan
de Azúcar (Brasil); Cotopaxi, Cayambe y Chimborazo (Ecuador); Ishinca (Perú); y Ritacuba negro y blanco (Colombia), entre otros
Otras aventuras: Ascensos a diferentes tepuyes en Venezuela (Auyantepuy, Roraima
y Kukenán).

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